jueves, 12 de agosto de 2010

Hacia el Bicentenario de Maradonia

Esta obra posee más de 20 personajes diferentes, pero está estructurada de forma tal que pueda realizarse por solo por 2 actores y una actriz. Es más, se recomienda un número acotado de artistas, sobre todo porque los trabajos en grupos de 25 personas generalmente no son demasiado remunerativos. Aunque se puede armar una fiesta sólo con gente de la obra.

¿Preparados?





"1816
Campos de la banda oriental.

En Bs As ponen el grito en el cielo. Al este del Río Uruguay, Artigas expropia tierras de la familia Belgrano y de la familia Mitre, del suegro de San Martín, de Bernardino Rivadavia, de Azcuénaga y de Almagro y de Díaz Velez. En Montevideo, llaman a la reforma agraria "proyecto criminal"
(...)
El Cabildo de Montevideo llama "forajido, perverso, vago y turbulento" a Encarnación Benítez, soldado de Artigas, que galopa repartiendo tierras y vacas al frente de un "tropel de malvados""
La reforma agraria, de Memoria del fuego 2


Eduardo Galeano


"¿Qué juré yo, y a quién, ese 25 de mayo oscuro y ventoso, de rodillas, la mano derecha sobre el hombro de Saavedra?"


"La revolución es un sueño eterno"
Andrés Rivera


HACIA EL BICENTENARIO DE MARADONIA


Escena 1

El teniente Capristo recibe un fax y, urgido, telefonea al General Jelinek desde la base de operaciones militares más importante de la República de Maradonia.

Capristo: -¿Comandante Jelinek? Le habla el teniente Capristo, desde la base general de operaciones.

Jelinek (en la cama, dormido): -¿Qué quiere Capristo, sabe la hora que es?

Capristo: -Las diez veintitrés de la mañana, mi general. Lamento despertarlo tan temprano.

Jelinek: -Espero que sea por una buena razón. ¿Sabe usted la cantidad de responsabilidades que tengo? ¿Usted se piensa que puedo distraer mi atención en nimiedades?

Capristo: -A la primera pregunta, sí señor. A la segunda pregunta, no, señor.

Jelinek: -Entonces, si usted piensa como yo, entiendo que conoce las pocas razones que justifican levantar en medio de la mañana al comandante en jefe del ejército.

Capristo: -Así es, mi general.

Jelinek: -Repita esas razones.

Capristo (enumerando): Declaración de guerra, posibilidad concreta de desastre nuclear, invasión extranjera al territorio nacional sin previo aviso, oferta irrechazable de helicópteros de guerra o soldaditos de colección, amenaza concreta de magnicidio para con el presidente democráticamente electo, posibilidad irresistible de golpe de estado sin mayor rechazo internacional o catástrofe natural con cinco cifras de muertes garantizadas.

Jelinek: -Asumo entonces que se trata de una de esas razones.

Capristo: -Exactamente, mi general

Jelinek (con interés): -¿Soldaditos de colección?

Capristo: -Declaración de guerra.

Jelinek (decepcionado): -Maldición. Y ahora dígame quién nos está atacando y déjeme desayunar tranquilo.

Capristo: -Los Estados Unidos de Sudamérica, mi general. Han desplegado sus tropas alrededor de todas nuestras fronteras y han lanzado un ultimátum: si quiere se lo leo ya mismo.

Jelinek: -¿Es largo?

Capristo: -No

Jelinek: -Muy bien, lo escucho.

Capristo: -“Los Estados Unidos de Sudamérica, como representantes de la voluntad de todos los países de la zona hermanados en uno sólo en histórica celebración el año próximo pasado, exhortan a la República de Maradonia, única del continente aun contraria al proyecto, a que decida, como lo hicieran todas nuestras naciones, el comienzo de la consulta popular anexatoria, a fines de convertirse en un estado más de nuestro incipiente gran país. Así, una vez unidos, podremos hacer frente - junto a la “Unión Nacional Africana“-, al manejo históricamente usurero del “Estado General Europeo” y los “Estados Unidos de Norte y Centroamérica, Asia Central, Lejano, Cercano y Medio Oriente y Territorio Lunar”. De no iniciar las acciones políticas tendientes a la unificación a las 0hs del día de mañana, su país será invadido por nuestras tropas, derrocando de la presidencia al Dr. Lobato.” La carta está firmada por todos los jefes de los estados de la zona. La situación es gravísima y urgente mi general. ¿Qué me dice?

Jelinek: -Que me mintió, era bastante larga. No pude evitar cabecear mientras oía, ayer me acosté tarde por una cena empresarial. Alguna cosa me debo haber perdido, pero creo que lo básico lo he entendido. Llame al presidente y póngalo sobreaviso.

Capristo: -Disculpe, señor, pero ¿no es un caso que reviste suficiente gravedad como para que lo llame usted mismo?

Jelinek: -Teniente, no puedo estar en todo, tengo cosas que hacer, asuntos familiares que resolver. Mi hijo ayer llegó borracho y estoy esperando que se levante para reprenderlo como se merece, y además me he comprometido con mi mujer que iríamos a un almuerzo muy importante para sus proyectos particulares. Y usted sabe, Capristo, que sobre la base de la familia se construye una sociedad con respeto por las instituciones. Llame al presidente usted, ¿tiene el número?. Si no, déme un rato y se lo paso por mensaje de texto.

Capristo: -No hace falta, mi general. Yo me comunico.

Jelinek: - Téngame al tanto.

Capristo: -Cómo no, mi general. Me despido, saludos a su mujer.

Jelinek: -Igualmente.

Capristo: -No tengo mujer, señor, soy gay.

Jelinek: -Muy bien, saludos a su esposo entonces.

Capristo: -El matrimonio homosexual aún no ha sido reglamentado por presiones del

Obispo Suller, mi general. No hemos podido casarnos aún.

Jelinek: -¡Qué barbaridad! Me encargaré de llamar al Obispo a ver si puedo hacer algo, se lo prometo.

Capristo: -Gracias mi general. El contralmirante Roccasalvo y yo se lo agradeceremos.

Jelinek: -No hay porqué. La libertad sexual siempre ha sido la base de nuestra institución en este país. Lástima que no se pueda oficializar tan fácilmente. Me despido.

Capristo: -Yo también, mi general.

Entra la esposa de Jelinek

Marta: -¿Quién era?

Jelinek: -Nadie, Marta, cosas del trabajo.

Marta: -Sí, claro, del trabajo, del trabajo, siempre del trabajo. Yo no sé qué andarás haciendo, todo el día en la comandancia.

Jelinek: -Comando

Marta: -Comandancia, comando, como se llame, no te hagás el zonzo.

Jelinek: -No, “comando“, “comando“, el verbo. Me preguntaste qué hago en la comandancia y yo te respondí “comando”. Eso es lo que hago, comandar, ¿entendés?, el verbo: yo comando, tu comandas…

Marta: -Yo ando bastante mal, Eugenio, bastante mal. Ya me tiene podrido toda la cosa esa de que el señor es el gran militar, el Rambo de la Maradonia, todo importante que lo llaman en mitad de la mañana para decirle no sé que cosa.

Jelinek: -Nos declaran la guerra.

Marta: -Esas cosas, siempre algo distinto, y el señor sale corriendo como si se acabara el mundo. ¿Y yo Eugenio? ¿Y nosotros qué? ¿Y nuestro hijo, que vomitó la alfombra, intoxicado con Fresita qué? ¿Qué es más importante, tu familia o una declaración de guerra, eh? Contestame Eugenio, ¡y pensá bien lo que vas a decir!.

Jelinek: -Marta, amor, ¿vos me ves apurado?

Marta: -No…

Jelinek: -Les dije que no iba, amor, que tenía que cenar con vos y esperar que la momia se levante.

Marta: -¿En serio hiciste eso?

Jelinek (tierno): -Obvio, mi jirafita de peluche, mi barrita de caramelo. Hoy es solo nuestro.

Marta (cariñosa): -Ay, Eugenio… mi soldadito de plomo, mi enanito fascista, sos tan hermoso! ¿En serio preferís estar conmigo antes que atender esa declaración de guerra?

Jelinek: -Sí, mi amor.

Marta: -¡Me encanta que seas tan irresponsable! Yo nunca te pregunté, pero… ¿cómo llegaste a General?

Jelinek: -Soltero, Marta. Soltero.

Escena 2

El presidente Lobato se dirige al país por cadena nacional.

Lobato (Leyendo): -Coterráneos: hoy día hemos despertado con la desagradable noticia de la cobarde amenaza extranjera. Desandamos hoy los siglos de bienestar que nuestros próceres, Fernando de Salazar, Estanislao Rojas, y el General Walter Anderson comenzaron en conjunto con sus luchas revolucionarias, cuando Maradonia aún era colonia holandesa. Hoy vivimos una hora crucial, pero históricamente nuestro partido ha tenido que enfrentar diferentes situaciones límite, y siempre ha sabido cómo actuar, respetando la soberanía popular, cuidando los intereses caros a nuestra nación, y defendiendo las instituciones y las leyes que dan marco a la convivencia ciudadana. Creemos en el país de la solidaridad y del trabajo. Nadie en todo el territorio de Maradonia debe desconfiar de las transparentes intenciones de este gobierno, que a pesar de los intentos de la oposición por desestabilizarlo, sigue trabajando a destajo para el bien de la ciudadanía que nos ha elegido con casi el 31% de los votos. Esa legitimación popular nos da la confianza para continuar la ardua tarea de gobernar para los más necesitados, defendiendo las instituciones y las leyes que dan marco a la convivencia ciudadana. Creemos en el país de la solidaridad y del trabajo. Nadie en todo el territorio de Maradonia debe desconfiar de las transparentes intenciones de gobernar para los más necesitados, defendiendo las instituciones y las leyes que dan marco a la convivencia ciudadana. Nos debemos a ustedes, creemos en el país de la solidaridad y del trabajo, y como dijera el doctor Faiad, fundador del Partido Unido, “El pueblo da y no reclama. Pero cuando reclama hay que escucharlo, a no ser que se equivoque. Y cuando esto sucede, hay que tomar medidas: no hay nada más peligroso para un gobierno que un pueblo equivocado. Y siempre respetando las instituciones y las leyes que dan marco a la convivencia ciudadana”. Con este emotivo recuerdo del Dr Faiad, les transmito la tranquilidad de que este gobierno respetará la voluntad del pueblo que lo votó en mayoría: 31 personas de cada cien no pueden equivocarse. Siempre ha sido este país uno de los más educados de América, y los estados que hoy quieren invadirnos tropezarán con los indestructibles cimientos de una sociedad profundamente escolarizada.

Escena 3

La señorita Prandi le habla a su alumnado

Señorita Prandi: -Chicos, los interrumpo un momento para dictarles una cosa. Después siguen con la maqueta de la Casa de la Revolución. Guarden la plasticola y escriban prolijo y sin pasarse del renglón… Benavidez, guardá el revolver. En el recreo le tirás a los pajaritos, ahora copiá. Cerrá la ventana. Bueno, copien:

“El general Walter Anderson estaba casado con Rosenda Romero. Rosenda Romero lo esperaba después de cada batalla con el matecocido frío, pero él nunca se enojaba, pues tenía un gran corazón. En 1812 degolló con su espada a 355 holandeses en la batalla de Las Chanchitas, y paseó las cabezas sobre punta de lanzas por toda la región para que nadie osara reivindicar a los hostiles y desalmados extranjeros“. Carla, vestite querés, que te vas a resfriar. Raimundi, dejala en paz. Desatala o firmás el libro. Sigo dictando.

…”el doctor Estanislao Rojas y Fernando de Salazar contribuyeron al primer proyecto de país, y con sus ideas revolucionarias aportaron las bases para la naciente república, una república libre, en la que los esclavos indios y negros ya no tendrían que obedecer nunca más orden alguna de los holandeses, sino de criollos compatriotas. Así, los esclavos ya no tenían que abandonar su lengua y costumbre nativas por las europeas, sino por el idioma, religión o tradición que, libremente, decidiera imponerle su amo criollo. Así se terminó la era de la esclavitud en manos de los holandeses”

Belloso, limpiá eso, por favor! Y llamá a la ambulancia, que no tengo crédito. Sigo dictando:

“Santiago Granata compuso la música del himno nacional utilizando el estilo y las más modernas armonías de la época, las que los austríacos Haydn y Mozart habían regalado al mundo con su genio. Con letra libertaria de Bartolomeo Salomón, italiano admirador del Dante, se conformó la gran obra musical que coronó nuestra independencia de Europa”.

Escena 4

Santiago Granata y Bartolomeo Salomón se toman un descanso, mientras componen el himno.

Bartolomeo: -Sírvase otra copita, buen hombre. Este jerez es único: los españoles lo importan y no se consigue por menos de 200 pesos.

Santiago: -Mi santa esposa opina que cuando bebo el alma se me oscurece y pierdo el sentido de la civilidad, como un negro o un indio.

Bartolomeo: -No haga comparaciones odiosas, señor. Nunca un indio beberá tan costoso elixir.

Santiago: -Fernando de Salazar no estaría de acuerdo con usted. Recuerde su último discurso: “todos los seres humanos serán considerados como iguales ante las leyes, pues al nacer todos de vientre materno y tener las mismas necesidades, sea negro, indio, mujer o noble, el estado dispondrá el mismo trato y los mismos derechos”

Bartolomeo: -Fernando de Salazar delira. Tiene apoyo popular, y algunos hombres nobles que confunden su origen también adscriben a sus pensamientos, pero el gobernador Estanislao Rojas jamás dejará que sus ideas trasnochadas se impongan. Tierras y esclavos son su mayor sustento y con apoyo económico de la Inglaterra está negociando con los holandeses para que marchen sin más derramamiento de sangre.

Santiago: -El discurso de Rojas se luce en ofensas a los holandeses, pero no es un revolucionario.

Bartolomeo: -Fernando de Salazar tampoco lo es. Es un bandido hijo de gauchos que le gusta la pelea y ha obtenido la simpatía del General Anderson. Pero el ejército de lúmpenes que comanda sólo sirve para destruir. A la hora de la fundación de una nación no puede haber lugar para que analfabetos e indígenas, o negros y gauchos peleadores tomen las decisiones. Los hombres de Rojas han estudiado leyes en Europa, sólo ellos pueden iluminar los destinos americanos.

Santiago: -Puede ser. Pero intuyo que de Salazar ganará la compulsa. El General Anderson odia a Rojas desde hace tiempo, y su ejército parece invencible. Dicen que intenta recoger el guante de Artigas, Bolívar y Morazán y fundar una Gran República Sudamericana.

Bartolomeo: -Y en eso ni de Salazar está de acuerdo. Se viene tiempos difíciles.

Santiago: -Así es amigo, difíciles pero trascendentes. A su salud.

Bartolomeo: -A la suya. ¿Continuamos?

Santiago: -Por supuesto. ¿Se le ocurrió alguna cosa interesante para la letra?

Bartolomeo: -Así es. Trabajo sobre anteriores versos de mi autoría. En tiempos de los primeros arrebatos revolucionarios del General Anderson, aniquilados por los holandeses, escribí algo que puede servir:

Ejércitos gloriosos de la holanda brillante

Vencen a los cobardes, impunes libertarios

Que con atrevimiento que no se ha visto antes

Sueñan la independencia, estúpidos otarios.

Bartolomeo: -Habría que cambiarle algunas cosas, ¿no?

Santiago: -Y, si. Podría ser:

Ejércitos gloriosos, brillantes libertarios,

Vencen a los cobardes, impunes holandeses

Que con atrevimiento, estúpidos otarios,

Intentan la colonia hacer durar por siempre.

Bartolomeo: -Ah, pero muy bien. Y está casi igual.

Santiago: -Hay que decir algo del fin de la esclavitud.

Bartolomeo: -Sí, el gobernador Rojas tiene razón, hablar de eso es una moda que queda bastante bien, pero no me sale nada. Estuve todo el día de ayer intentándolo. Incluso mandé a Tomasa matar un chancho y cocinarme una pierna para el almuerzo, que es una comida que me inspira. Pero ni así. Fue peor, en realidad, porque me la pasé esperando que esa negra inútil apareciera y al final, cuando la trajo estaba a medio cocer. Ya no soporto tener que mantener gente que no hace bien su trabajo. Quisiera poder despedirlos: me cuestan un Perú, les tengo que dar de comer toda la vida, me da lástima cuando tengo que azotarlos y encima ponen mala cara y a veces amagan defenderse a los golpes, imagínese. Odio la esclavitud. Los esclavos son violentos de nacimiento, no hay caso, es su naturaleza.

Escena 5

La doctora Alfano habla por celular.

Alfano: -¿Estás seguro?… Sí, sí, hace un rato me llamó el Dr. Vanucci avisando. Hay que armar la estrategia, Francese. Está llegando a mi despacho el Senador Ritó (Timbre). Ahí llegó, hablamos luego. Entra Ritó. Senador Ritó, cómo le va.

Ritó: -Dra Alfano.

Alfano: -Lo hice venir de urgencia porque el gobierno está estudiando…


Y si querés saber qué perpetrarán los políticos de la oposición y el oficialismo y también qué piensa la Izquierda Maradoniana. Si querés saber qué dirá el periodismo, y ver al General Anderson arengando a su tropa y curas confesando en el 1800,  y conocer, al fin y al cabo, el destino de Maradonia, no tenés más que enviarme un mail a nicoallegro@gmail.com y te mando el resto de la obra. 

La culpa y el chancho

Obra para 2 actrices.

Huelgan ya las palabras...



LA CULPA Y EL CHANCHO




No tengo padre ni madre,
Tampoco tengo hermanitos,
No tengo tíos ni tías
Tengo muy buen apetito

“El niño caníbal”

Virulo



Clara hablando por teléfono en voz baja.

Clara: -¡Pero cómo me voy a enojar por eso, Pepe! (escucha) Sí, todo bien, divino. (escucha). Sí, yo también. (Escucha) No. Yo más. (escucha) Yo más yo más yo más ¡yo más! (escucha) Jajaja, ¡pavo! Besitos, nos vemos. (escucha). Chau (corta). ¡Este es un boludo!

Escena 1

Juliana está cocinando. En la desordenada cocina hay un horno chico, tablas, ollas, fuentes, sartenes, bols, moldes de tartas, cuchillos, cuchara de madera, palo de amasar, especieros, un hacha de cocina, una batidora. También hay paquetes de harina una pila de churrasquitos, un trozo de jamón, queso, huevos, bolsas de pan rallado, aceite, azúcar, tomates, espinaca, chocolates, un oporto y un whisky. Juliana cocina con movimientos seguros, tomando los ingredientes y utensillos sin dudar, manejándose cómodamente en el desorden.

Toma el martillo para las milanesas, acomoda los churrasquitos y los golpea con fuerza. Entra Clara con una vieja bolsa de hacer las compras.

Clara: (sacando las cosas de la bolsa): -Ya está. Una manteca grande, el coco rallado y los limoncitos. ¿Qué hora es?

Juliana: -Y cuarto, menos veinte, qué sé yo. Estoy en la última tanda. Hay que comprar un horno más grande, no podemos hacer 300 milanesas rellenas de a 10.

Clara: -No. El problema está en que la imbécil ésta no las quiere fritas. Con la freidora que tenemos las hacíamos en dos patadas. Pero como no podía ser de otra manera, nos compramos la freidora y nos empiezan a pedir milanesas al horno. Tenemos menos leche que los Kennedy. (Toma la harina, comienza a hacer una corona sobre la mesada, y a poner dentro manteca, azúcar y esencia de vainilla)

Juliana: -¿Por?

Clara: -¡Porque parece joda, desde que la compramos la usamos un par de veces, y después, todo al horno!

Juliana: -No, por qué lo de la leche de los Kennedy.

Clara: (desinteresada, midiendo el azúcar que va a agregar a la masa) -Ah, por la historia de esa pobre familia, por eso. Una huevada.

Juliana: -¿Por qué “pobre familia”? ¿Eran pobres?

Clara: (poniendo el azúcar) -No precisamente.

Juliana: -¿Entonces?

Clara: (sin ganas, intentando cerrar el tema mientras corta la manteca) -Nada, Juli, una pavada, dejá.

Juliana: -Ay, dale, contame que tengo un aburrimiento…

Clara: -Es que es una pavada, sigamos con esto, que queda poco tiempo.

Juliana: -¡Pero si ya casi terminamos! Dale, contame, yo con vos aprendo un montón de cosas.

Clara: (resignada, agregando la manteca) -Bueno. Los Kennedy son una familia poderosa que a uno lo mataron cuando era presidente, al hermano cuando estaba en campaña, y después se fueron muriendo todos en accidentes trágicos (toma dos huevos para poner en la masa).

Juliana: -¿Como cuáles?

Clara: (con fastidio, rompiendo los huevos y agregando las yemas en la masa) –No sé, no sé, creo que a uno se le cayó el avión y otro estaba esquiando y se tragó un árbol.

Juliana: -Pobre familia…

Clara: -Poca leche.

Juliana : -Hay una botella en la heladera.

Clara:- No, yo lo decía por … (arrepintiéndose de seguir con el tema, mientras empieza a amasar. Quedan en silencio unos segundos, trabajando)

Juliana: -¿Y ese Kennedy que mataron fue presidente de acá?

Clara: -No, fue presidente del mundo.

Juliana: -¿De Radio “El Mundo”?

Clara: -No, presidente del mundo-mundo, presidente de EEUU. Pero lo mataron porque tenía ciertas políticas que contrariaban los intereses de los sectores más reaccionarios, sobre todo en la relación con Cuba, que tenía unos pocos años de Revolución. No podía haber políticas que no fueran contra Cuba porque había que satanizar al comunismo y a la figura de Fidel Castro.

Juliana ríe distraídamente

Clara:-¿De qué te reís?

Juliana: -El gato de mi hermana se llama Fidel, y lo castró. Ahora quedó igual que el hombre ese, Fidel Castrado

Clara: -Castro. (Rie) Decile que le compre un trajecito verde oliva... (tomándose la cabeza, recordando abruptamente lo que olvidó comprar) ¡El aceite de oliva! Ya vuelvo.

Juliana: -Che, ya que vas, haceme el favor y traeme un Danonino.

Clara (saliendo): Okey.

Juliana se arroja sobre una silla a descansar. A los pocos segundos entra Clara con las cosas.

Clara: -Uf, este supermercado es un infierno. Con toda la gente que hay a esta hora ¿a vos te parece que tengan sólo dos cajas? Me quería matar. Acá tenés ¿qué se te dio por comer esta porquería? (le alcanza el Danonino, ella lo abre y empieza a comerlo)

Juliana: -Mi sobrino es adicto al yogurcito este. Mi hermana le daba porque en la propaganda decía que era “lo mejor que ud puede hacer por su hijo”. Y viste cómo es ella, lo que dice la tele, palabra santa… “lo mejor que ud puede hacer por su hijo”. Entonces suspendió el viaje a Disney y le empezó a dar de esto, que era mejor; y el pibe se le hizo adicto. Ahora yo lo quiero probar, a ver qué pasa, qué tendrá adentro. (empieza a comer).

Clara: -¿Suspendió el viaje?.

Juliana: -Si, ¿no te digo? Igual mejor, porque Nachito es un peligro. El día que vió “Buscando a Nemo” metió la cabeza en la pecera y se le trabó. Entoces la dio vuelta y se cayó el agua, pero le hizo como vacío y le quedó así (hace ademanes como si tuviera cabeza grande).

Clara: -Como un astronauta.

Juliana: -Exacto: le faltaban los tubos de oxígeno para tirarse al agua. (Ríen las dos, por motivos diferentes). Si, yo me río por no llorar. Después cuando lo llevamos al zoológico, le agarró tal entusiasmo que adiviná lo que pidió.

Clara: -¿Un elefante?

Juliana: -No.

Clara: -¿Un león?.

Juliana: -No.

Clara: -¿Qué pidió?

Juliana: -Una jaula. Decía que quería vivir en cautiverio y fuera de su hábitat. ¡Una jaula! A mi hermana le agarró un ataque… pobre, después le dio cargo de conciencia…

Clara: -Qué, ¿lo retó?

Juliana: -No. Se la compró. Y bueno, te imaginás, si va a Disney hace un desastre. Y así como es de entusiasta por las cosas nuevas empezó a comer de esta porquería y cuando lo termina se desespera por comer más. Es adictito.

Clara: -Sabés qué? hay unas granjitas de recuperación que están muy buenas. Van chicos con problemas de alfajores, chicles, juegos en red. Trabaja gente que sabe un montón de esas cosas, y es un ambiente muy distendido: juegan con los chicos-se toman un fernecito-clase de gimnasia-se fuman un fasito, y así los pibes van dejando de comer porquerías.

Juliana: -¿¿En serio?? (dándose cuenta de la cargada)¡Me estás cargando, tarada! Igual, me parece que ya sé por qué dan ganas de seguir comiendo.

Clara: -¿Por qué?

Juliana: -Viene poquísimo (pausa). Bueno, voy al baño y seguimos. (Sale y entra inmediatamente sacudiéndose las manos). Se rompió el flotante del depósito. Hay que meter la mano y trabarlo.

Se acomodan en la cocina para seguir trabajando.

Clara: -Si, el otro día Pepe dijo que se estaba por romper…

Juliana: -Qué, ¿vino Pepe acá? ¿Y no me dijiste nada?

Clara: -Ehh, no… ¡disculpá, se me pasó, con todo este quilombo de las milanesas se me recontra pasó!

Juliana: -Me tiene podrida. No lo entiendo: primero no me quiere ver y después viene hasta acá a buscarme ¿qué le pasa a este tarado?

Clara: -Hombres…

Juliana: -Hablando de hombres… ¿cómo te fue anoche? ¿Saliste con el tipo ese?

Clara: -¿Qué tipo?

Juliana: -¡Vamos! Te escuché que arreglabas por teléfono la otra tarde.

Clara: -Ahhh, siii…. No, bueno, es que no hay mucho que comentar, lo de siempre.

Juliana: -¿Lo hizo este también?

Clara: -Si. Igualito que el anterior, como toda mi vida, bah. Veníamos bien: habíamos ido a cenar a un lugar lindo, después al cine, después un champancito… el tipo se había portado diez puntos…

Juliana: -Hasta que…

Clara: -No sé por qué salió que él era descendiente de yugoslavos y me preguntó por mi apellido.

Juliana: -Chán

Clara: -Y traté de cambiar de tema y no pude, y pensé: “que sea lo que Dios quiera, ahí va: McDonalds”. Y él me dice “ah, mirá vos” y se calla, y yo pensé que había zafado, que este no iba a ser tan salame como tooooooodos. Y bueno, le digo, rápido, porque ya casi habíamos llegado, “¿querés subir a tomar un café?”. Y me dice: “no, prefiero un Mc Combo 4”, y se empezó a reir como un tarado. Como todos, bah. Y yo, como siempre me sulfuré, y chau. Le hice un Mc Voleo en el traste.

Juliana: -Sos una exagerada.

Clara -Vos porque te llamás Gonzalez y te va bien con los tipos.

Juliana: -Sí, salvo con este tarado de Pepe. ¿Hace cuántos meses que vamos y venimos?

Clara: -Y bueno, tenés que sincerarte con vos misma, entonces. ¿Vos lo querés?

Juliana: -No sé, creo que ya no, que es todo una obsesión que me hace mal.

Clara: -¡Entonces matalo, borralo de tu vida y hacé como si nunca hubiera existido!

Juliana: -¡Es que es tan lindo!

Clara: -Sí, es un dulce… ¡Pero vos también, y tenés que ser feliz!

Juliana (piensa unos segundos): -¡Tenés razón! Al diablo. Chau Pepe, nunca exististe.

Clara: -¡Eso, que se muera ese tarado!

Juliana (levantando una copa): -¡Amén!

Escena 2

Clara está envolviendo las milanesas con esfuerzo, el paquete es bastante grande. Luego marca un número en su celular.

Clara: -Hola Pepín, ¿en qué andás? Ya terminé de trabajar y esta noche estoy libre. Llamame. (corta). Tarado de mierda

Entra Juliana.

Juliana (tensa): Clara.

Clara (sin notar la tensión): -Ya terminé todo, cuando llegue la camioneta le mandamos el paquete y listo. No veía la hora. Me hartó esta mina. Que 30 milanesas, que después 20 más, que al final sean 70 en total… ¡basta!

Juliana: -Clara.

Clara: -¿Qué? (dándose cuenta) Opa, che, qué cara está la cebolla.

Juliana (tensa y lentamente): -Es que no la traen más de las quintas, la compro en el super. (pausa) Clara… perdoname.

Clara (lentamente, sin entender): -Bueno, te perdono. ¿Qué pasó?

Juliana: -No pude, te fallé.

Clara: -¿No pudiste qué?

Juliana: -Vengo de la calle, salí para despejarme, para ver si se me aclaraban las ideas, pero peor, soy una estúpida, no sirvo para nada. Te tendría que haber preguntado cómo.

Clara: (perdiendo la paciencia) -¿Cómo qué, qué, explicate por favor, ¿qué hiciste mal, me querés decir?

Juliana: -Lo que habíamos quedado, ¿no te acordás?

Clara: -No Juli, no me acuerdo.

Juliana: -No puedo ni decirlo.

Clara: -Decime, dale.

Juliana: -Se me traban las palabras.

Clara: -Bueno, me cansaste, nena, yo salgo y vengo en un rato, ¿sí?. Después me contás

Sale. Juliana se sienta. Clara entra inmediatamente, con un paquetito de orégano.

Clara: -Compré orégano, que hacía falta. ¿Ya te tranquilizaste?

Juliana: -Sí. Me hizo bien pensar un tiempo.

Clara: -A ver, mi vida, qué hiciste.

Juliana: -No lo pude matar.

Clara (confundida): -¿A quién?

Juliana: -A Pepe.

Clara (preocupada): -¿Volvieron a salir?

Juliana: -No, no. Pero no lo pude matar.

Sale y entra empujando con esfuerzo una gran caja de madera cerrada.

Clara (asustada): - Juli, pará. Pará. ¿Qué es esta caja?

Juliana: -Pepe.


Pero qué manejo del suspenso. Y cuántas dudas a futuro, ¿qué pasará con Pepe, Clara y Juliana? Porque el pobre está allí, en la caja, medio muerto y hay que hacer algo... En fin. Si querés saber cómo sigue todo, mandame un mail a nicoallegro@gmail.com y te la mando.

martes, 10 de agosto de 2010

Breve CV

Nicolás Allegro (La Plata, 1976)

Humorista, compositor, actor, dramaturgo y guionista, por no poner solamente "Humorista y comedor de salamines".

Egresó de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Plata como “Profesor de Armonía, Contrapunto y Morfología Musical” (el título más largo de las Universidades), título de la carrera de Composición Musical, y que fue con los años eliminado a pedido del empleado del Departamento de Alumnos que tenía que escribir todo eso cada vez que uno se recibía.

Desde los 8 años realiza estudios de música ("realiza" yo, se entiende)

Desde el año 2000 hasta 2010, integrante y co-fundador del grupo Ridiculum Vitae (humorismo musicado), donde se desempeñó como actor, músico, guionista y compositor, y con quienes ha estrenado los espectáculos “¡Buenas gracias, muchas noches!” (2001, dirigido por Marcelo Allegro, ganadora del Concurso de la Comedia Municipal de La Plata, 2003), “Música compuesta en escena” (2004, dirigido por Gustavo Vallejos, nominado al premio “Estrella de Mar” 2005 al Mejor Espectáculo de Humor, y ganadora del Concurso de la Comedia Municipal de La Plata 2005, con menciones especiales a la “Música original”, “Dirección y puesta en escena” y “Actuación masculina”), y “Sinfoniatra” (2008, con dirección de Gustavo Vallejos), ganadora del premio "Estrella de Mar" 2010 al "Mejor espectáculo de humor grupal", también nominada al mismo premio en el rubro "Música Original".

Con Ridiculum Vitae ha obtenido en 2007, el Primer Premio, en el rubro “Autores”, del concurso que organízó el afamado grupo Les Luthiers, por la obra “Ajedrez (juego inocente con secuencias trágicas)”. Esto les valió una invitación para actuar en el marco de Expo Les Luthiers 40 años, en septiembre de 2007. La obra premiada es parte del repertorio de la obra “Sinfoniatra”, actualmente en cartel.

Entre otros estudios realizados se destacan los de dramaturgia con Daniel Dalmaroni en 2005, y con Mauricio Kartún en 2008. En 2009 realizó el seminario “Creatividad y juego”, dictado por el Maestro Ernesto Acher, en la ciudad de Bahía Blanca.

Actualmente cursa la carrera de Guión en el Laboratorio de Guión, dirigido por Patricio Vega (si ya sé, guión no va más con acento, pero no me interesa).

Forma parte del quinteto humorístico-musical-teatral-etc "Barrilete Cómico", del elenco de "Contra-Indicadas" (Stan up con música, canciones compuestas especialmnete por un servidor) y del dúo de canciones de humor "Dos de Copas" (no sirve pal envido, no sirve para el truco), junto a Martín Casado.

Además de tantos trabajos inconfesables, como todo el mundo. "Todo es curriculum", pero no todo es publicable...